Según la hipótesis que plantea el Dr. Pedro Alarcón Vásquez, Chetilla fue una cultura relativamente autónoma. Tuvo su centro principal en el caserio de Chetilla, distrito de Conchán, provincia de Chota, departamento de Cajamarca. Se desarrolló entre los años 300-600 D.C. en el Periodo Intermedio Temprano. Entre las principales manifestaciones encontramos varias chulpas construidos a base de piedras pulidas en los cuales se nota la aplicación de los principios geométricos como el de la línea recta; inclusive nos encontramos con piedra que cuentan con 8 ángulos.
En los espacios comprendidos entre muro y muro se han encontrado habitaciones pre-incaicas. En la parte superior encontramos una enorme laguna llamada “El Granero” que es fuente de muchos relatos mitológicos. Cabe resaltar la presencia de cámaras funerarias, que son de tres tipos que nos indican la existencia de varias clases sociales. Así, tenemos las tumbas de los nobles que son en número de 8 y presentan varios pisos llegando una de ellas a medir 7.29 m.; en estas tumbas se han encontrado un grupo de ellas destinadas a enterrar los hijos de los gobernantes, todas estas han sido profanadas, quedando intacta solamente una, en espera de que el INC u otro organismo lleve a cabo un estudio minucioso.
Encontramos también tumbas pertenecientes al sector medio, que presentan mucha similitud con los nichos que existen en la actualidad y, las tumbas pertenecientes al pueblo, ubicados directamente en el subsuelo. En Chetilla, centro de la cultura precolombina, nos encontramos con la existencia de piedras litograbadas con figuras de un cóndor estilizado, con cabeza de jaguar, cuerpo humanos y garras de cóndor. CHETILLA se caracteriza por arquitectura funeraria muy elaborada y un arte lítico muy impulsado por motivaciones sin duda mágico religioso. Cámaras funerarias del mismo tipo, así como manifestaciones artísticas de la misma naturaleza y estilo encontramos en diversos sitios de la región conformando un área estaría señalada por los sitios de Negropampa, Samangay, Chalamarca-Nammoyoc, la Púcara, la Cordillera de Tarros en Cutervo, Condorcaga y Sangache, teniendo como centro político-religioso y militar la vieja ciudad de Chetilla.
Lamentablemente la acción insensata del hombre que va destruyendo cada día más a esta milenaria ciudadela nos preocupa ya que estos restos son testigos de nuestro legado lo que nos permite identificarnos con nuestra propia cultura, invocamos a nuestras autoridades y a toda la población chetillana-chotana de manera especial a nuestro padres y madres de familia para que eduquen a sus hijos desde muy pequeños a valorar y cuidar lo nuestro. (Tomado de Monografía Histórico de Chota, Berrios Alarcón, Jorge. Lima 1995). Fuente: Unidad de Turismo MPCH.
