El profesor Pedro Castillo Terrenos, natural de la localidad de Puña, distrito de Tacabamba en la provincia cajamarquina de Chota, se convierte en el Presidente del Bicentenario del Perú. Por primera vez un chotano, llega a palacio de gobierno. Enfrentó una campaña dura, de ataques y de cierto modo discriminadora. Sin embargo, las infamias, calumnias y difamaciones, no dio resultados. El pueblo consciente y consecuente, no hizo caso a todo el psicosocial promovido por los medios de comunicación capitalinos y grupo de poder económico.
Pedro de Castillo, se convirtió en un sentimiento popular. Por donde iba, al pueblo que llegaba, le esperaba una muchedumbre. Los últimos mítines fueron multitudinarios. Contra todo pronóstico. Una figura que fue escalando de abajo, de menos a más. Muy poco se sabía de Pedro Castillo. Apareció en el escenario político nacional de las Elecciones Generales de 2021, sin ninguna posibilidad al inicio, muy pocos preferían darle su respaldo; para la clase pudiente tal vez era esa persona de condición económica baja y como tal fue objeto de discriminación, racismo y marginación. De aquel hombre que no tenía fama ni fortuna, fue el epicentro de la coyuntura política al pasar a la segunda vuelta en primer lugar. La figura de Castillo dio vuelta al mundo.
Todos nos enteramos del entorno familiar, su origen, condición social y la dureza de la vida que tiene que enfrentar una persona del ande para lograr la superación y el éxito. Encaró la segunda vuelta con todo en su contra. Desde su contrincante que le lanzaba duros calificativos, el poder mediático de los grandes medios de comunicación que cerraron filas para desprestigiarlo; también se sumaron empresarios y líderes políticos en su afán de infundir miedo para torcer la voluntad popular. Nada ni nadie pudo detener el respaldo del pueblo al Profesor Pedro Castillo. La fortaleza es que es una persona limpia, no tiene ningún antecedente negativo.
Sin embargo, cuando alguien abraza un ideal, trabaja pensando en el bien común, por muchos eres admirado y rechazado. Lo importante es la perseverancia, la fe y la esperanza, aspectos que abraza Pedro Castillo, convirtiéndole en el Presidente del Bicentenario del Perú. Ahora le esperan retos importantes. Sentar las bases del cambio y la transformación, darles a los peruanos justicia social. Que los pobres, olvidados y los históricamente marginados tengan la oportunidad de vivir en condiciones dignas. Es la oportunidad histórica, para empezar un nuevo capítulo y que la figura de Pedro Castillo brille para siempre por las huellas y obras que tendrá que dejar como un recuerdo imperecedero para las generaciones de todos los tiempos.
