De no ser así, estaríamos hablando de una gestión ineficiente o que no hay la voluntad política para atender las necesidades y problemas de los pueblos. Las autoridades llegan al poder con un plan de gobierno. La pregunta es ¿lo están ejecutando?. La respuesta es no. En campaña se prometió una serie de cosas, mejorar los servicios básicos, políticas claras en materia de desarrollo económico, agricultura, medio ambiente, educación, salud, vías de comunicación, seguridad ciudadana, etc. Estas ofertas solo quedan en el papel, porque en la práctica los gobiernos locales y regionales, poco o casi cada están haciendo para solucionar problemas históricos. Las ciudades se muestran abandonadas, calles en estado deplorable, distritos y provincias que no cuentan con un buen servicio de agua, otras ni siquiera cuentan con una Planta de Tratamiento de Aguas Residuales como la ciudad de Chota.

El desorden vehicular es pavoroso, el comercio ambulatorio crece, la informalidad va en ascenso, no hay un desarrollo urbanístico planificado, entre otros aspectos negativos. A esto se suma las vías de comunicación en mal estado, muchas rutas son intransitables. No hay un plan sostenible para mejorar la infraestructura vial. El sector agropecuario sigue descuidado, no hay apoyo con herramientas, semillas y maquinaria agrícola para los campesinos. Hay pequeños programas de intervención, pero son paliativos, más no políticas claras para tecnificar este sector clave en el desarrollo nacional. Las gestiones actuales no se diferencian de administraciones anteriores. Siguen los favores políticos, los proyectos muchas veces se ejecutan en beneficio de la población que les apoyó con su voto, no hay una verdadera planificación y priorización. Ocupan cargos de funcionarios gente de su entorno, por afinidad política.

No se convoca a los mejores técnicos, a los profesionales idóneos, el plan es sacar beneficios de las obras y los presupuestos económicos. Para las autoridades ya no es momento de ofrecimientos, es el tiempo de mostrar resultados. Si bien es cierto, la pandemia ha golpeado fuertemente la economía nacional. Pero también es verdad que el gobierno central ha destinado recursos para ejecutar obras elementales. Por lo demás, se necesita capacidad de gestión para conseguir los presupuestos económicos y atender las demandas que la población exige. Las autoridades que administran las instituciones en este periodo, tienen la oportunidad histórica para dejar huellas. Forman parte del Bicentenario y no dejar un recuerdo para la posteridad, es sencillamente engrosar la lista negra de muchos alcaldes y gobernadores en la vida de los pueblos. (Por: Reynaldo Núñez I.).